Ataviada con una larga túnica tradicional en pleno metro de Pekín, Xiao Hang parece haberse teletransportado desde la antigua China. Como ella, muchos jóvenes desafían las miradas de extrañeza y visten hoy con orgullo el traje nacional.


Pero, en general, tanto para hombres como para mujeres, se trata de trajes amplios que se enrollan alrededor del cuerpo, con mangas que llegan hasta las rodillas.
Los amantes de la vestimenta tradicional se hallan en todos los grupos sociales, desde los fanáticos de los mangas a los de la historia, pasando por los jóvenes profesionales o los estudiantes.
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