El fin de la guerra trajo un repunte económico que se vio reflejado en
una mejor calidad textil, prendas mejor confeccionadas y ropa más
llamativa.
La mujer vuelve a concentrar su preocupación en ella misma, su belleza y su look, vuelve a sus actividades sociales para las cuales necesita de vestimenta apropiada para usar fuera de casa. Aparece una mujer elegante y preocupada por su imagen, que a la vez quiere ser sensual, pero con el recato y buen gusto.
Quedó atrás el estilo austero y simple de los años de guerra.
Se llevaba las melenas sueltas hasta los hombros, que se vestían con ropas holgadas e informales; vaqueros, pantalones Capri, jerseys anchos, bermudas, faldas amplias, zapatos bajos y bailarinas capezio.
Volvió el incómodo corset y se usaban los vestidos ceñidos, mientras que las blusas abotonadas dentro del cinturón acompañaban las faldas “flor”. El atrevimiento era sutil, el largo hasta debajo de la rodilla y con estampas que de colores, lunares, rayas y flores.
La mujer vuelve a concentrar su preocupación en ella misma, su belleza y su look, vuelve a sus actividades sociales para las cuales necesita de vestimenta apropiada para usar fuera de casa. Aparece una mujer elegante y preocupada por su imagen, que a la vez quiere ser sensual, pero con el recato y buen gusto.
Quedó atrás el estilo austero y simple de los años de guerra.
Se llevaba las melenas sueltas hasta los hombros, que se vestían con ropas holgadas e informales; vaqueros, pantalones Capri, jerseys anchos, bermudas, faldas amplias, zapatos bajos y bailarinas capezio.
Volvió el incómodo corset y se usaban los vestidos ceñidos, mientras que las blusas abotonadas dentro del cinturón acompañaban las faldas “flor”. El atrevimiento era sutil, el largo hasta debajo de la rodilla y con estampas que de colores, lunares, rayas y flores.
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